Una secundaria en Bravo se convirtió en ejemplo de convivencia pacífica. El presidente municipal de Corregidora, Chepe Guerrero, encabezó la entrega de reconocimientos a estudiantes, policías y docentes que participaron en la primera etapa del programa “Promotores Escolares de Justicia Cívica”.
Durante tres meses, más de mil estudiantes de secundarias públicas del municipio, 80 docentes y 32 padres de familia recibieron capacitaciones enfocadas en la resolución pacífica de conflictos. La idea no es nueva, pero sí muy necesaria: que los jóvenes aprendan a dialogar, a encontrar acuerdos y a resolver problemas sin violencia, dentro y fuera del aula.
“Queremos que ustedes disfruten esta etapa tan bonita que es la secundaria y la recuerden con cariño… no solo aprendieron materias, también los enseñaron a solucionar conflictos”, expresó Chepe frente a las y los jóvenes.

El acto tuvo lugar en la Secundaria Técnica No. 30 “José Guadalupe Velázquez”, ubicada en la comunidad de Bravo. Ahí se celebró el trabajo conjunto entre estudiantes, docentes y la Policía Municipal, que se convirtió en aliada de las juventudes. Porque sí, también los uniformados aprendieron y contribuyeron: se lograron 115 procesos de conciliación exitosos.
Desde la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, Ángel Rangel, destacó que actualmente 58 jóvenes ya fungen como Promotores Escolares de Justicia Cívica. Y no es poca cosa. Esto representa un avance importante en la construcción de ambientes escolares más seguros y empáticos.
“La paz no se impone, se construye entre todos… pero principalmente con nuestros jóvenes”, añadió Rangel, visiblemente satisfecho.
La alianza entre escuela y gobierno fue celebrada también por la USEBEQ, a través de su coordinadora Irene Quintanar, quien resaltó el valor de tener una policía cercana y preventiva: “La policía que antes parecía lejana, hoy camina con nosotros, fortaleciendo el diálogo”.

Por su parte, el estudiante Darwin Yeremi Jiménez, en representación de sus compañeras y compañeros, agradeció el respaldo de las autoridades: “Gracias por darnos las herramientas para prevenir la violencia y hacer de nuestras aulas un espacio de paz”.
Este proyecto es una muestra clara de que cuando autoridades, docentes y estudiantes se alinean en un mismo objetivo, los resultados pueden ser transformadores.