Una nueva polémica sacude a Querétaro. El periodista Rafael Pinzón, titular del informativo “Desde la Una” que se transmite en La Raza, denunció públicamente un acto de censura que lo dejó fuera del aire en Cadereyta de Montes, luego de presiones directas —según afirma— por parte de la alcaldesa Astrid Ortega, y del grupo duro de Morena, liderado por el diputado Gilberto Herrera.
Todo esto ocurre tras una cobertura incómoda: Pinzón informó sobre la huelga que vivió ese municipio hace unos meses y confrontó directamente a la alcaldesa. Desde entonces, relata el comunicador, comenzaron las presiones. Según la versión de ADN Informativo, el propietario de la estación 95.9 FM en Cadereyta condicionó la continuidad del noticiero a que se excluyera el contenido informativo.
“Nos pidieron que siguiéramos, pero solo si dejábamos fuera nuestro noticiero. Es decir, que nos quedáramos sin voz”, denunció el medio en redes sociales.
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Rafael Pinzón fue más allá. En su posicionamiento, apuntó contra quienes “buscan controlar la narrativa” en ciertos municipios. Fue claro al señalar que “el poder público no debería temerle a la crítica cuando tiene las manos limpias”. A su juicio, lo ocurrido en Cadereyta es “una señal clara de que se quiere gobernar sin observadores, sin rendición de cuentas”.
Aunque ya no se escuchará en 95.9 FM, el programa seguirá transmitiéndose por las señales 89.9, canal 98 y ES 103.9, alcanzando otras zonas del estado.
Este episodio reabre el debate sobre la libertad de expresión en el país y, en particular, en municipios gobernados por Morena, donde —según las acusaciones— las críticas incómodas no tienen cabida. En medio de un clima electoral nacional tenso, estos silenciamientos dejan en el aire una pregunta preocupante: ¿qué tan libres son los medios en contextos de poder absoluto?
