Las lluvias y el incremento de humedad que se siente en el ambiente se vuelven un clima ideal para un fenómeno que nos puede parecer desagradable, pero que es perfectamente entendible: la llamada “fauna nociva” en calles o avenidas.
Podríamos definir como fauna nociva a algunos animales o insectos como: ratas, alacranes, cucarachas, lagartijas y hasta serpientes que se pueden ocultar en casas, calles o algunas áreas verdes de la ciudad.
Si bien podríamos pensar que esto no debería ocurrir, muchos condominios y fraccionamientos ubicados en áreas elevadas y lejanas del Centro Histórico padecen este problema ya que, evidentemente, se encuentran construidos sobre parte de su hábitat natural: llanuras, lomas, suelos semi-desérticos.
Aunque las unidades de protección, cuidado y control animal pueden hacer su chamba para atrapar estos animales, la realidad es que se trata de una condición normal y natural de nuestros suelos, por lo que es mejor tomar nuestras propias medidas.
Periódicamente hay que lavar y desinfectar pisos, banquetas e incluso jardines o áreas verdes cercanas, no dejar agua estancada o acumulada en puntos cercanos a nuestros hogares, y llamar a las líneas de 9-1-1 en caso de alguna situación de riesgo con animales.
Alan García