Por Celeste Manríquez
A siete días de las elecciones del próximo domingo 6 de junio, la mesa parece estar servida para el refrendo de una victoria panista en el estado de Querétaro, que les permitiría gobernar por los siguientes 6 años en la entidad, lo que significaría la cuarta ocasión en que están al frente del gobierno estatal, tras las administraciones de Ignacio Loyola, Francisco Garrido, Francisco Domínguez y -ahora- Mauricio Kuri.
El estilo desenfadado y cercano de Mauricio Kuri en una entidad que ha logrado crecer gracias al esfuerzo local y a las estrategias sociedad y gobierno, que no han requerido del paternalismo del centro, contrastan con la formas rígidas y a veces trilladas provenientes de la campaña de Morena en donde nunca pudieron sanar las heridas internas que provocaron la postulación de la magistrada en retiro Celia Maya García, ganadora de una “sospechosa” encuesta que la colocó por encima de perfiles como el del senador Gilberto Herrera.
Antes de la campaña y durante la misma, desde el bunker de campaña del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, regaron la versión de que hacia la tercer semana de campaña impulsaría con vehemencia una estrategia de contraste que se reforzaría con la exposición de supuestos actos de corrupción documentados por parte de quienes integran la campaña puntera y con ello lograrían consolidar aquello de que “caballo que alcanza gana”.
No pasó.
El caballo se quedó dormido o nunca tuvieron los elementos para sostener con hechos lo que han divulgado en conversaciones de café, rumores de radiopasillo o francas denostaciones a través de un ejército digital ocupado más de la ofensa y la diatriba que en la promoción del voto de su partido y candidata.
Mientras esto ocurría, las encuestas de la mayoría de empresas serias en materia demoscópica no solo ratificaban la distancia entre Mauricio Kuri y Celia Maya, si no que además se ensanchó con el paso de los días y de los entre 20 y 24 puntos de ventaja que la mayoría daban al senador con licencia, se convirtieron entre 26 y 32 (en algunos casos) puntos de diferencia entre el candidato blanquiazul y la candidata morenista.
¿Por qué?
Razones hay muchas, pero los especialistas en tendencias electorales aseguran que la aparición de otros candidatos como el propio Miguel Nava de Redes Sociales Progresistas con un discurso eminentemente disruptivo le “robó” 1 o quizá 2 puntos porcentuales al proyecto que por naturaleza debía ser el de confrontación o qué decir de la agradable sorpresa de Bety León por parte de Movimiento Ciudadano que encabezó una candidatura femenina probablemente más articulada que cualquiera del resto de las 7 candidatas y ahora -en un descuido- podría convertir al partido Movimiento Ciudadano en la tercera fuerza política a nivel estatal. Eso también le terminó por costar a Celia y a su equipo.
La propia Penélope Ramírez del PT que ha señalado que ella sí es la candidata de la verdadera izquierda señalando de simulación a Celia Maya o bien la combativa Katia Reséndiz del Verde que dejó callada a la candidata morenista cuando le recordó su jugosa pensión de 157 mil pesos que recibe mensualmente y recordándole que “no puede haber magistrada rica, con pueblo pobre”.
A Querétaro le viene bien, siempre, una oposición seria y consolidada, pero las pugnas internas de Morena, sus francos descuidos institucionales que incluso los dejaron sin candidatos en algunos municipio de la entidad, sirvieron para fortalecer la percepción de que la única campaña seria era (y es) la de Mauricio Kuri González, por lo que los votantes indecisos y los “switcher” (aquellos que pueden cambiar el sentido del voto de un momento a otro) prefirieron la estabilidad de una candidatura que se construyó sin contratiempos y se trabajó tersamente para evitar los errores que hoy han hundido a Morena.
La comunicación de Mauricio Kuri además fortalece el realce que ha tenido el candidato. Es cierto que los expertos en el tema aseguran que “la comunicación no expresa, lo que la política no da” y en el caso del equipo que encabeza la comunicadora queretana Ginnete Amieva es claro que encuentran en el ex alcalde de Corregidora una persona congruente entre lo que dice, lo que piensa y lo que hace, por lo cual se facilita la conexión con el electorado, pero además supieron mantener desde un principio la percepción de que “Querétaro se cuece aparte” y no es parte de la ola guinda que arrasó el país hace tres años.
Y para muestra, los números, el estado con mayor impopularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador es justamente Querétaro.
Por ello y sin dar nada por hecho porque en política es preferible ser historiados y no profeta, se antoja que el próximo domingo a las 6:00 P.M (tiempo en el que se comparten las primeras encuestas de salida) la mayoría coincida en una amplia victoria de Mauricio Kuri, lo que para muchos (me incluyo) no será ninguna sorpresa y podría venir acompañada de una victoria panista en donde se mantengan la mayoría de los 18 municipios de Querétaro, los 15 distritos electorales locales, y los 5 distritos federales.
Pero parece que ahí apenas comenzará la tarea, pues desde Querétaro se pretenden mandar a todo México un mensaje de reconciliación, pero también de insurrección frente a los excesos de quienes pretenden ver a nuestro país con una sola visión, obviando que somos una nación plural y un crisol en donde conviven diversas formas de ver las cosas.